¿QUE CREEMOS?

DIOS
Creemos en el único y verdadero Dios (Juan 17:3), el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Mateo 28:19 – 20). El creador de todas las cosas (Apocalipsis 4:11) y el que sostiene todas las cosas por la palabra de su poder (Hebreos 1:3). En Él vivimos, nos movemos y existimos (Hechos 17:28). Él es Dios de fidelidad y sin injusticia, Él es justo y recto (Deuteronomio 32:4) y Él juzgará al mundo (Salmo 9:8).


JESUCRISTO
Creemos en la deidad total del Señor Jesucristo. Creemos que es la manifestación de Dios en la carne. Creemos que fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la entonces virgen, María. (Juan 1:1, 1:14, 1:18; 14:8 – 9; 1ª Timoteo 3:16).


ESPÍRITU SANTO
Creemos que el ministerio del Espíritu Santo es glorificar al Señor Jesucristo (Juan 16:14). El Espíritu Santo regenera al pecador cuando cree en Cristo, bautizando al creyente en un solo cuerpo del cual Cristo es la Cabeza. El Espíritu Santo mora, instruye, llena, conforta y da poder al creyente para que viva una vida santa (Marcos 13:11; Juan 14:26; 16:13; Romanos 5:5; 1ª Corintios 3:16). El Espíritu Santo convence al mundo de pecado, de la justicia de Dios y del juicio que viene (Juan 16:8 – 11).

Aun cuando creemos que las Escrituras no enseñan que algunos dones han cesado, estas indican que el uso de los mismos varía acorde a las necesidades que cada uno de esos dones pueden suplir. La Iglesia Bíblica Harvest Norte no promueve el uso de “dones de señales”, en su lugar, buscamos enfatizar la manera más excelente del amor, así como, los dones más edificantes (Juan 16:8, 13:15; Tito 3:5; Efesios 1:22, 4:11 – 12; Romanos 8:9 – 17, 12:4 – 8; 1ª Corintios 3:16, 12:4 – 5, 12:11 – 13, 12:19; Gálatas 5:25; Hebreos 4:1 – 4; 2ª Corintios 12:12).


ESCRITURAS
Creemos que las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento son verbalmente inspiradas por Dios y sin errores en sus escritos originales. Creemos que los 66 libros del Antiguo y Nuevo Testamento son la total y completa revelación y por consiguiente tienen la autoridad de Dios para el bienestar total de la humanidad (Salmo 119:97 – 104; 119:160; Mateo 5:18; Juan 5:46 – 47; 10:35; 2ª Timoteo 3:15 – 16). Creemos que es infalible en su instrucción (Proverbios 6:32; 2ª Pedro 1:19); nunca deja de ser (Isaías 40:8; 1ª Pedro 1:23 – 25); la autoridad final y nos marca la pauta para la práctica de nuestra fe (Mateo 4:4; Salmo 119); y suficiente para aconsejar en cada situación de la vida (Salmo 19:14 – 17; 2ª Timoteo 3:16).


HOMBRE
Creemos que el hombre fue creado en inocencia bajo la ley de su Creador, pero, debido a su transgresión voluntaria, cayó de su estado de felicidad y sin pecado. Consecuentemente, toda la raza humana es pecadora. Todas las personas son pecadoras no solamente por herencia, sino también por elección propia, por lo tanto, están bajo justa condenación sin defensa, ni excusa. Creemos que sin excepción alguna cada hombre y mujer son pecadores y necesitan a un Salvador (Génesis 3:1 – 6; Romanos 1:18,32; 3:10 – 19).


SALVACIÓN
Creemos que el Señor Jesucristo murió por nuestros pecados acorde a las Escrituras, como un sacrificio representativo y substitutivo. Creemos que cada persona que le recibe por fe como su Salvador personal es justificada con base a que Jesucristo derramó su sangre en el calvario. Cada persona que recibe a Cristo como Salvador personal nace de nuevo por medio del Espíritu Santo y obtiene seguridad eterna como hijo de Dios. Creemos que el Espíritu Santo bautiza a cada creyente en el cuerpo de Cristo en el momento de la salvación y por consiguiente no hay un segundo bautismo del Espíritu Santo (Romanos 8:37 – 39; 1ª. Corintios 12:13; 2ª Corintios 5:21).


RESURRECCIÓN
Creemos en la resurrección del cuerpo crucificado de nuestro Señor Jesucristo, Su ascensión al cielo y Su vida actual como el Sumo Sacerdote e Intercesor (Hechos 1:3,9; Hebreos 7:2 – 26).


CIELO, INFIERNO Y EL REGRESO DE JESUCRISTO
Creemos en la “bendita esperanza” del regreso personal y pre-milenial del Señor Jesucristo. Su regreso tiene una parte vital en el desarrollo de la vida personal y de servicio del creyente (1ª. Tesalonicenses 4:13 –18). Creemos en la resurrección corporal de salvos y perdidos. Los salvos resucitados para conscientemente disfrutar la dicha eterna del cielo (Mateo 25:34; Juan 14:2; 2ª Corintios 5:1; Apocalipsis 2:7), los perdidos resucitados para conscientemente estar en el eterno tormento del infierno, en separación total de Dios (Mateo 8:11; 10:28; 13:49 – 50; Marcos 9:47 – 48; Lucas 12:5; Apocalipsis 21:8).


IGLESIA
Una vez que acepta al Señor Jesucristo como Salvador, el creyente forma parte de Su cuerpo, el cual es la iglesia. Hay una iglesia universal, compuesta por todos aquellos en el mundo que reconocen a Jesucristo como su Salvador y Señor. Las Escrituras nos mandan a reunirnos para dedicarnos a la adoración, oración, enseñanza de la Palabra y observancia de sus ordenanzas (bautismo y comunión), compañerismo, servicio al Cuerpo de Cristo a través del desarrollo y uso de los talentos y dones para alcanzar al mundo y así cumplir la orden de Cristo de hacer discípulos a todos los creyentes (Efesios 5:23; Romanos 12:1; Hechos 2:42 – 46; 1ª Corintios 14:26; Mateo 28:18 – 20).


MISIONES
Estamos conscientes que la causa de Cristo se extiende más allá de cualquier iglesia local y comprometidos a apoyar la extensión del llamado de Cristo a hacer discípulos alrededor del mundo, sembrando iglesias que siembren iglesias. (Mateo 28:19 – 20).


SEGURIDAD DEL CREYENTE
Es la decisión de Dios el salvar a una persona (Juan 6:44), Su misericordia y paciencia lo que dirige a cada ser humano al arrepentimiento (Romanos 2:4). Toda la gloria le pertenece a Dios por la salvación y seguridad de cada creyente (Romanos 3:21 – 31; Efesios 1:7 – 9; 2: 8 – 9; Judas 1:24 – 25).

Creemos que cada persona que nace de nuevo por el Espíritu, por medio de Jesucristo, tiene la seguridad eterna de su salvación desde el momento de su conversión. Esta seguridad se basa en la gracia de Dios, no así en las obras que el cristiano pueda hacer. Las buenas obras no pueden ganar o mantener la salvación, pero indican la realidad del amor a Cristo de una persona y la profesión de su fe (Lucas 6:46; Juan 14:21; Santiago 2:17 – 18).

La seguridad de la salvación eterna depende de la garantía del Señor, de que hemos sido adoptados como hijos o hijas (Gálatas 4:4 – 7), y Su sello en cada creyente por el Espíritu Santo (2ª Corintios 1:21 – 22; Efesios 1:13 – 14) y la convicción de que Dios da su Espíritu a cada creyente como una muestra de lo que disfrutará en el cielo (2ª Corintios 1:21 – 22).

Una persona que profesa una fe genuina en Cristo, inmediatamente se convierte en Su posesión (Lucas 23:42 – 43; Hechos 2:40 – 41; 16:30 – 34), y nada puede arrebatarla de Sus manos (Juan 10:27 – 29), pues ha sido comprada por el precio de la crucifixión de Jesucristo. El cristiano es posesión de Cristo (1ª. Corintios 6:19 – 20). Esta seguridad es absolutamente cierta, preparada en el cielo y protegida por el poder ilimitado de Dios (1ª Pedro 1:4 – 5).


PROCESO DE SANTIFICACIÓN Y MADUREZ
El cristiano maduro adora a Cristo, camina con Cristo y trabaja para Cristo. Una persona comprometida en mantener su relación con Cristo se enfoca en adorarle, en caminar con Él, y en el trabajar para Él, de esta manera experimentará un crecimiento significativo en su santificación, por lo tanto, disfrutará de una relación personal con el Señor Jesucristo y estará “completo en Cristo” (Colosenses 1:28).

Estamos comprometidos a multiplicar las características de santidad en la vida de los líderes (2ª Timoteo 2:2). Esta multiplicación de ministerio es la clave para un crecimiento sano de la iglesia.

Creemos que los discípulos de Jesucristo deben ministrarse unos a otros en la iglesia local, en lugar de un grupo de pastores que lleven toda la responsabilidad de cuidar a la congregación. Dios ha dado dones espirituales a todo Su pueblo para proveer una ministración mutua en el contexto de una iglesia local fuerte y saludable (Efesios 4:11 – 12).


GUERRA ESPIRITUAL
Satanás y todos sus siervos demoníacos se oponen fuertemente al trabajo que Dios desarrolla en y a través de Su pueblo (1ª Pedro 5:8; Génesis 3:1 – 7; Efesios 6:12). Dios, quién por naturaleza es infinitamente más poderoso que Satanás, a su debido tiempo completará y totalizará Su victoria sobre Satanás (1ª. Juan 4:4; Apocalipsis 20:1 – 10).

Aunque es apropiado el orar en el nombre de Jesús para protección contra la actividad demoníaca, las Escrituras no dan indicación al creyente a “atar a Satanás en el nombre de Jesús”. En su lugar las Escrituras instruyen al cristiano a combatir a Satanás por medio de:

• Acercarse humildemente a Dios, sabiendo que Él nos dará gracia, misericordia y fortaleza (2ª Corintios 12:7 – 9; Hebreos 4:15 – 16; Santiago 4:8; 1ª Pedro 5:6 – 10)

• Resistir la tentación (Santiago 4:7; 1ª Pedro 5:8 – 9)

• Aplicar correctamente las verdades de la Escritura (Mateo 4:1 – 11; Juan 8:44; Efesios 4:24 – 27)

• Perdonar las ofensas (2ª Corintios 2:10 – 11)

• Ponerse la armadura de las verdades de Dios, justicia, disposición para compartir el evangelio, fe, salvación y oración (Efesios 6:11 – 20)

• Demostrar fidelidad al Señor al perseverar en las pruebas (Apocalipsis 2:10,13; 3:9 – 10).


MOVIMIENTO CARISMÁTICO
Harvest Norte es una iglesia bíblica CONSERVADORA, no involucrada en el movimiento carismático. Somos una comunidad evangélica que recibe a todos los que conocen a Jesucristo como su Salvador y le buscan. Aquellos que dicen tener el don de lenguas y otros dones de señales son bienvenidos para adorar y tener compañerismo, si están dispuestos a ser una fuente que promueva la unidad y no la desunión dentro del cuerpo de nuestra iglesia.

Creemos que la vida del cristiano es sobrenatural y que el Señor continúa haciendo milagros. También creemos que la forma en que se usa el don de lenguas distrae de la función principal de la iglesia, la cual es glorificar a Dios por medio del cumplimiento de la Gran Comisión (Mateo 28:19 – 20).

Enfoques equivocados del don de lenguas:

a) Darle una importancia injustificada al don. El Nuevo Testamento lo describe como uno de muchos dones espirituales (1ª Corintios 12).
b) El enfatizar el hablar en lenguas como la manifestación del Espíritu Santo en la vida de una persona, minimizando la obra del Espíritu que produce una vida de santidad (2ª. Corintios 3:17 – 18; 2ª. Timoteo 1:9) y una vida que manifieste los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22).
c) El indicar a menudo que el hablar en lenguas es un requerimiento para probar que se ha sido lleno del Espíritu Santo o que se posee la salvación en Cristo, aun cuando las Escrituras no lo enseñan.

Harvest Norte busca prevenir la propagación de doctrinas que provoquen división dentro de la iglesia. Por lo tanto, los miembros o visitantes de Iglesia Bíblica Harvest Norte no deberán propagar estas enseñanzas y hacer énfasis en el enfoque del movimiento carismático. Aunque no controlamos la interacción personal e individual con el Señor, la expresión de lenguas y otros dones que impliquen señales no son para ser expresados en las reuniones que estén bajo la autoridad de Iglesia Bíblica Harvest Norte.

© 2020 by Harvest Mexico Bible Church.


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